Terapia de pareja
Desde el punto de vista de la psicología, partimos de la base de que una relación de pareja se basa en un intercambio recíproco de conductas que generan emociones acordes a esa reciprocidad, es decir, si promuevo conductas encaminadas al bienestar de mi pareja, la otra parte responderá de igual manera creando un bienestar común y favoreciendo la repetición de estos patrones (actividades de ocio comunes, buena comunicación y resolución de conflictos, establecimiento de metas, etc); lo mismo sucede con las conductas tóxicas o no funcionales (discusiones sin objetivo claro, intimidación, comportamientos encaminados a sentir alivio y no bienestar, etc).
Nos alejamos de la idea de amor romántico o mágico, ya que entendemos que una relación de pareja no va bien “porque sí” sino que hay que conocer aquello que hace feliz al otro y a nosotros mismos y trabajar día tras día por mantener una relación sana y funcional. La garantía de éxito de una relación de pareja es ese trabajo diario y el cuidado de ambos y de uno mismo, escapando de la dependencia, pero también de la excesiva independencia o individualismo.
Las principales causas por las que una pareja decide acudir a terapia son la rutina, los conflictos o discusiones frecuentes que no llevan a ningún lado, los celos, problemas de convivencia, falta de ajuste de metas y expectivas y/o problemas sexuales.
Generalmente, es uno de los miembros el que da la voz de alarma y le plantea al otro la necesidad de acudir a terapia porque detecta que los problemas van en aumento o que la idea de la separación o divorcio está cada vez más presente.
En terapia de pareja trabajamos habitualmente con ambos miembros, compaginando la terapia conjunta y con la individual, ya que hay problemas comunes, pero también individuales que trabajar. No obstante, también existe la posibilidad de trabajar de manera independiente con uno de los miembros, cuando el otro considera que no necesita ayuda o no quiere formar parte del proceso; mediante el trabajo con una de las partes también conseguimos el cambio de ambos y la mejora en la relación.
Por todo lo expuesto anteriormente, lo primero que hacemos en terapia es evaluar la dinámica de la pareja para identificar las conductas problema. Una vez planteados los objetivos de tratamiento se comienzan a aplicar técnicas comunes e individuales con el objetivo de ir mejorando la relación.